Esclavos digitales

Esclavos digitales

¿Será que nos desconectamos de las personas para conectarnos con Internet?

Ana García

El hombre nunca ha sabido ser libre. Desde tiempos muy remotos, ha enfrentado una lucha constante por mantener su estado más puro y natural: su libertad. Esta lucha ha logrado trascender las barreras del tiempo en diversos aspectos; incluso, en plena era moderna, logró filtrarse a nuestra sociedad de una manera casi fantasmal.

Hace poco, escuché en el radio un comercial que  llamó mi atención. Este comercial demostraba mi más reciente teoría acerca de la dependencia del ser humano moderno hacia la tecnología móvil. Lo que este anuncio ofrecía era un dispositivo capaz de mantener una conexión constante del usuario con sus redes sociales y comunidades virtuales las 24 horas del día. Fue realmente alarmante reconocer esta dependencia e identificarla como problema propio.

Hoy en día, la realidad es que el ser humano no puede vivir sin un dispositivo que lo mantenga en contacto y lo esclavice a un mundo virtual. Este problema nos retrata cómo los medios, con base en base de publicidad errónea y manipuladora, han ido creando necesidades inútiles en el consumidor, quien -cegado por una promesa de pertenencia y modernidad- se deja llevar por la corriente y la moda.

Esta dependencia trae consigo una serie de conflictos bastante graves. Uno de ellos es el consumismo; uno nunca se conforma con nada y cada vez quiere más y más, con lo que se cae en un círculo vicioso que nos “esclaviza” hacia las últimas tendencias. El segundo problema es que dicha “esclavización” promueve la alienación (suprimir la personalidad, controlando y anulando el libre albedrío). Poco a poco, el hombre se aleja de la sociedad real y cada vez se vuelve más dependiente de la virtual, provocando que la gente pierda sensibilidad y que sus relaciones interpersonales se devalúen enormemente.

A los esclavos modernos ya no se nos ata con grilletes; ahora, hemos sido encadenados a un mundo virtual y de consumismo, del que dependemos y se nos hará difícl desprendernos. A este paso, no me parece absurdo pensar que nuestras futuras generaciones tendrán puertos USB e internet ilimitado integrados.

Ana García es estudiante de la Licenciatura en Comunicación y Medios Digitales (LCD) en el Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México. Puede ser contactada por correo electrónico: aagg_91@hotmail.com